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Semana Santa: ¿Qué pasó el Viernes Santo?

El mundo cristiano continúa hoy su paso por la Semana Santa, en conmemoración a la muerte y resurrección de Jesús, quien después de participar en lo que se conoció como «La última Cena», el Jueves Santo, tuvo que compadecer ante el Rey Pilato el día siguiente, el cual significaría el fin de su vida en la tierra.

El Viernes Santo es para muchos el día más importante de la Semana Santa, ya que conmemora la pasión y muerte de Jesucristo en la cruz. Según enseñan los evangelios de Mateo, Marcos, Luchas y Juan, en este día Jesús entregó su cuerpo y derramó su sangre para el perdón de los pecados, lo que automáticamente serviría de una vez y por todas como la fuente de salvación y vida eterna para la humanidad.

¿Cómo fue el día de la muerte de Jesús?

Una vez capturado, tras la traición y entrega de su discípulo Judas Iscariote, Jesús fue llevado a Poncio Pilato, quinto prefecto de la provincia romana de Judea entre los años 26 y 36 d.C. Pilato no lo percibía como una amenaza y tampoco vio que hubiera cometido algún delito como para condenarlo; sin embargo, ante la presión de la multitud que clamaba por crucificarlo, y después de enviarlo también varias veces hacia el Rey Heródes, a Pilato no se le ocurrió otra opción que lavarse las manos frente al pueblo y proclamarse «inocente de la sangre de este justo».

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La crucifixión

Los Evangelios enseñan que inmediatamente después de la decisión de PilatoJesús fue despojado de su vestimenta, golpeado y agredido con 40 latigazos. Luego se le colocó una corona de espinas en la cabeza y le hicieron cargar con su propia cruz hasta el monte Gólgota, a las afueras de Jerusalén, lugar donde fue crucificado junto a otros dos ladrones y bajo un cartel que decía: «Jesús el Nazareno, Rey de los Judíos».

Estando en la Cruz, Jesús expresó lo que hoy comúnmente se conoce como «Las siete palabras», las cuales fueron:

  1. «Padre, perdónalos, porque no saben lo que hacen». – Pater dimitte illis, non enim sciunt, quid faciunt (Lucas, 23: 34).
  2. «Yo te aseguro que hoy estarás conmigo en el paraíso». – Amen dico tibi hodie mecum eris in paradiso (Lucas, 23: 43).
  3. «¡Mujer, ahí tienes a tu hijo! [Luego dijo al discípulo] ¡Ahí tienes a tu madre!». – Mulier ecce filius tuus […] ecce mater tua (Juan, 19: 26-27).
  4. «¡Dios mío, Dios mío!, ¿por qué me has abandonado?». – ¡Elí, Elí! ¿lama sabactani? (Mateo, 27: 46) – Deus meus Deus meus ut quid dereliquisti me (Marcos, 15: 34).
  5. «Tengo sed». – Sitio (Juan, 19: 28).
  6. «Todo está cumplido». – Consummatum est (Juan, 19: 30).
  7. «Padre, en tus manos encomiendo mi espíritu». – Pater in manus tuas commendo spiritum meum (Lucas, 23: 46).

La biblia cuenta que, horas después, Jesús murió en la cruz, lo que generó que el cielo se oscureciera y que hubiera un terremoto en todo el mundo. Luego, José de Arimatea reclamó su cuerpo a Poncio Pilato, quien se lo entregó para realizar los rituales relaciones con la muerte y posteriormente, fue sepultado por sus discípulos.

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