La empresa Compresores, Equipos e Ingeniería, S. A. S. (Compreica), contratista del Ministerio de Obras Públicas, retomó los trabajos de la Circunvalación de Los Alcarrizos en un tramo de tres kilómetros de los poco más de seis que contempla el proyecto.
Los trabajos comenzaron en febrero de 2021 con el primer picazo, encabezado por el entonces ministro de Obras Públicas, Deligne Ascención. Pobladores de la zona han denunciado en varias ocasiones la lentitud y paralización de los trabajos.
Unos tres kilómetros, desde la avenida Circunvalación Santo Domingo, están en la fase de colocación del reforzamiento del piedraplén. En sus inicios se informó que la obra tendría un costo de 2,718,660,857.32 pesos.
Obra en ejecución
El año pasado, el Ministerio de Obras Públicas informó que la obra llevaba un 45 % de ejecución; sin embargo, los trabajos avanzaban a paso de tortuga y, en ocasiones, estaban paralizados. Las expropiaciones han sido el factor que ha retrasado la continuidad de la obra, de acuerdo con los responsables del proyecto.
Las negociaciones con algunos propietarios de viviendas y negocios no han marchado con la celeridad esperada, porque, supuestamente, los dueños de las infraestructuras quieren que se les pague más dinero del contemplado en las tasaciones realizadas.
En los primeros tres kilómetros se han hecho labores de limpieza, destronque de árboles, excavaciones y retiro de material inservible. También se ha colocado relleno y se ha construido alcantarillas y canales de desagüe. La parte del terraplén es utilizada, en varios tramos, para depositar basura.
Los trabajos han tomado dinamismo en las últimas semanas, luego de una visita al lugar del ministro de Obras Públicas, Eduardo Estrella, quien dio instrucciones precisas para agilizar las labores. Equipos pesados fueron vistos este miércoles en al menos dos tramos de la vía.
El puente de Caballona
Una de las obras más demandadas era el puente que atraviesa la Circunvalación por la zona conocida como Los Americanos, y que une a Caballona. Antes, las personas tenían que cruzar por debajo de las vigas y subir por un talud que, cuando llovía, se volvía extremadamente resbaladizo.
