Científicos determinan a través de aplicación que el ser humano nunca podrá vivir más de 150 años

Científicos de una empresa biotecnológica con sede en Singapur desarrollaron una aplicación, impulsada por inteligencia artificial, para predecir la esperanza de vida máxima de las personas y a través de la misma han determinado que el ser humano nunca podrá vivir más allá de los 150 años.
La aplicación GeroSense, desarrollada por la empresa Gero, puede estimar de forma precisa la tasa de envejecimiento biológico y la vida útil máxima del ser humano.
Los especialistas emplearon los datos médicos y estudios de ADN longitudinales de miles de voluntarios de los Estados Unidos y el Reino Unido para alimentar la aplicación de iPhone, que utilizó además una herramienta denominada DOSI (Indicador Dinámico del Estado del Organismo, por sus siglas en inglés).
Como resultado del desarrollo de la aplicación, los científicos determinaron que existen dos parámetros esenciales para establecer la esperanza de vida humana.
El primer parámetro está vinculado a la edad biológica, el estrés, el estilo de vida y las enfermedades, mientras que el segundo es la resiliencia, que determina la rapidez con la que el primer factor vuelve a la normalidad, en otras palabras, la resistencia del cuerpo humano o capacidad para recuperarse de lesiones o enfermedades.
El equipo detrás del estudio, publicado por la revista Nature Communications, ha establecido que podría ser posible casi duplicar la esperanza de vida actual del Reino Unido, que se sitúa en 81 años de edad, puesto que la aplicación ha mostrado que la pérdida completa de la capacidad de recuperación ocurriría a una edad de entre 120 y 150 años.
Peter Fedichev, cofundador de Gero, manifestó sobre el estudio que “el envejecimiento de los seres humanos presenta características universales comunes a los sistemas complejos que operan al borde de la desintegración”.
«Este trabajo es una demostración de cómo los conceptos tomados de las ciencias físicas se pueden utilizar en biología para investigar diferentes aspectos de la senescencia y la fragilidad para producir intervenciones sólidas contra el envejecimiento», añadió.